METAFÍSICA.(Un dibujo de Miguel Brieva, de la Revista Dinero).
La divinidad debe parecerse a los metros y autobuses que recorren Madrid a las ocho de la mañana. En ese lugar y a esa hora las personas pierden sus insignificantes conciencias individuales y se funden en un alma colectiva; un ser superior compuesto de ojeras, bostezos y legañas. Unos cordeles de asfalta abstracción anudan las mentes y los madrugadores se dejan mecer en tierra de nadie. Han sido arrancados del sueño y se resisten a entrar en la vigilia. La espiritualidad habita, sin duda, en esa argamasa de empujones, codazos y pisotones que recorre la ciudad dejando un lamento silencioso y cotidiano. No le demos más vueltas, es ahí donde debe buscarse la felicidad.