UNA LATA DE NESCAFÉPor fin Dédée se ha levantado y ha apagado la luz. En lo que quedaba, una mezcla de gris y negro, nos hemos reconocido mejor. Johnny ha sacado una de sus largas manos flacas de debajo de la franzada, y yo he sentido la fláccida tibieza de su piel. Entonces Dédée ha dicho que iba a prepara unos nescafés.
Me ha alegrado saber que por lo menos tienen una lata de nescafé. Siempre que una persona tiene una lata de nescafé me doy cuenta de que no está en la última miseria; todavía puede resistir un poco.
(un fragmento de "El perseguidor", de Julio Cortazar).